La importancia de las figuras maternas y sus muchos tipos

La necesidad de tener una figura materna nunca se apaga. Sentirnos amadas, cuidadas, escuchadas y comprendidas es importante para nuestra salud emocional, pero incluso Oprah Winfrey ha reconocido que “la biología es un factor menor a la hora de convertirse en una madre”. Las figuras maternas surgen en todas partes y no hay límite para la cantidad de ellas que puedes tener en tu vida. “Aprendemos algo de cada persona que conocemos y son nuestras diferentes amistades las que nos hacen más fuertes”, dice Shari Leidescritora y coach de vida. Por eso, este Día de la Madre, reflexiona sobre todas las mujeres que te empoderan y te han ayudado a dar forma a quién eres y las decisiones que has tomado.

 

 

Si te pidieran que hicieras una lista de tus figuras maternas, probablemente reflejaría toda tu vida. Podrías hablar de esa persona de tu infancia, la madre de tu mejor amiga o su hermana, por ejemplo, de alguna compañera de la universidad, del trabajo, una tía, una profesora de yoga o incluso una vecina que se encarga de la clase de pintura/el club de lectura/el grupo de los gin tonics. Una figura materna compatible comparte intereses parecidos, así que, si buscas una nueva, empieza por centrarte en lo que de verdad te interesa.

 

Pero lo que buscas no tiene por qué ser una amiga. Sí, necesitas los conceptos fundamentales: positividad, vulnerabilidad y consistencia, según Shasta Nelson, experta en amistad y autora de Frientimacy: How to Deepen Friendships for Lifelong Health and Happiness, pero mientras que la amistad es más mutua, la figura materna tiende a actuar más como una mentora.

 

¿QUÉ CONSTITUYE UNA BUENA FIGURA MATERNA?

A menudo, tienden a ser mujeres que son un poco mayores y tienen más experiencia en la vida. Incluso si se trata de una hermana o una amiga unos años mayor, es posible que hayan experimentado cosas que tú aún no has vivido, como comprar su primera casa o dar un giro a su carrera. “Tener una figura materna o una mentora es importante para las mujeres porque aprendemos y crecemos con nuestra sabiduría colectiva”, dice Shari. “Ser capaz de levantar el teléfono y llamar a alguien que ha criado a sus hijos, ha roto ese techo de cristal, ha tenido problemas en las relaciones y ha gestionado los cambios de la vida puede ofrecer algo que no encontrarás en ningún libro de autoayuda”.

 

Es por eso que saber escuchar también es imprescindible y por lo que, a veces, hay que mirar más allá de nuestra madre biológica. No todas las madres son iguales, pero a causa de las preocupaciones o el día a día, a veces pueden señalar problemas y obstáculos en lugar de felicitarnos por una buena noticia. Una tía o madrina, por otro lado, podría ofrecernos consejos o brindar por nuestro éxito, en lugar de tener una reacción más negativa.

 

¿PUEDE ALGUIEN SIN HIJOS SER UNA FIGURA MATERNA?

Tener hijos no determina si puedes ser o no una buena mentora. Conectar con las generaciones más jóvenes, amigas y compañeras de trabajo son oportunidades para transmitir tu experiencia y proporcionar un apoyo. “Es un regalo que una mujer se acerque pidiéndonos sabiduría y consejo y puede ser el comienzo de una posible relación de tipo materna”, continúa Shasta. “Deberíamos hablar más sobre las relaciones de nuestras vidas más allá de la de madre-hija. Cuanto más oímos a las mujeres hablar sobre otras figuras maternas o su papel como mentoras, más nos inspiramos para dedicar más tiempo y energía a otras mujeres”.

 

“Las figuras maternas pueden sacar cosas muy positivas, sentirse orgullosas de sus experiencias y ayudar a otras mujeres, que apreciarán sus consejos. Para las que reciben los consejos de sus mentoras, pueden disfrutar sabiendo que cuentan con una relación completamente segura, en la que pueden expresarse con sinceridad”, afirma.

 

Todas merecemos tener a alguien que nos anime y, si puedes regalar parte de tu tiempo y apoyar a alguien sin condiciones, serás sin duda una gran figura materna.

Becci Vallis

Becci Vallis

Becci Vallis es periodista de salud y belleza desde hace 17 años y ha escrito para publicaciones como Grazia, Stylist, Cosmopolitan y Red. Apasionada de la sostenibilidad y de cómo la industria puede poner freno a la contaminación, cuando no está paseando a su perro o escribiendo artículos, puedes encontrarla boxeando, haciendo yoga o cocinando un festín vegetariano. El postre es una rutina diaria que nunca piensa abandonar.