Cómo la reflexión te enseña tu yo más auténtico

La reflexión, además de la imagen que vemos en el espejo, se define como  “pensar de manera profunda en algo, a veces durante un largo periodo de tiempo”. También pueden ser “pensamientos escritos o hablados sobre un tema en concreto” o “el relato o la descripción de algo”. La autorreflexión, por lo tanto, es valorar detenidamente quién eres y lo que te mueve en la vida, tanto si lo piensas como si lo hablas con otra persona o lo escribes.

 

La autorreflexión es especialmente útil si tienes la sensación de que estás actuando de manera automática, sin pararte a vivir de verdad. Como dijo el filósofo griego Sócrates: “Una vida sin explorar no merece ser vivida”. Esta es la clave para llevar una existencia más plena.

 

¿Por qué es tan importante la autorreflexión?

A veces parece que los días pasan a toda velocidad. Por eso, dedicar unos momentos a reducir el ritmo, reflexionar sobre tus acciones y objetivos y sobre quién eres de verdad te ayudará a llegar al destino correcto durante este viaje que llamamos vida.

 

La autorreflexión te ayuda a entender por qué te comportas de determinada manera, qué te motiva en realidad y de dónde proceden las arraigadas creencias que tienes sobre ciertos temas. Muchos de nuestros hábitos los adoptamos en la infancia y están tan enterrados en nuestro subconsciente que no siempre somos capaces de ver que nos afectan de manera diaria. La autorreflexión nos ayuda a ponernos delante del espejo y, cuanto más profundicemos, más capaces seremos de entender cómo somos de verdad. En Rituals, creemos que convertir la autorreflexión en un hábito puede ayudarnos a conectar con nuestra alma y descubrir nuestro yo más auténtico.

 

¿En qué consiste la autorreflexión?

“Para mí, la autorreflexión consiste en dedicar un tiempo a reflexionar, evaluar e incluso desafiar nuestras ideas, emociones, creencias y comportamientos. Esa manera de pensar te ayuda a conocerte mejor, descubrir lo que te resulta más importante y obtener una mejor perspectiva sobre lo que quieres del futuro”, explica Virginia Joy. “La vida actual, con horarios imposibles, algoritmos y una gran aversión por la desconexión ininterrumpida, no está pensada para ayudarnos a reflexionar. Se requiere un esfuerzo consciente y buenas dosis de disciplina para crear el hábito y practicar con regularidad. Pero merece la pena”.

 

Cómo empezar a practicar la autorreflexión

La autorreflexión necesita una mente en calma, así que se puede empezar con una breve meditación. Una vez te sientas descansado y preparado, céntrate en el interior.

 

“Una herramienta que muchas veces uso con los clientes que se sienten bloqueados o que quieren tener una perspectiva diferente de su vida es: ‘Piensa en una cosa que actualmente tienes o sientes pero que en el pasado no pensabas que tendrías’”, nos cuenta Joy.

 

¿Para qué sirve este ejercicio? Joy nos explica que “muchas veces nos centramos tanto en mejorar o en castigarnos por no lograr determinadas cosas según la idea de éxito que tienen los demás, que no dedicamos tiempo a reflexionar sobre lo que sí que hemos conseguido. Este ejercicio de autorreflexión no solo potencia la gratitud, que mejora los niveles de optimismo y nuestra relación con los demás, también te ofrece una idea de lo que de verdad valoras en la vida. Además, ayuda a reforzar la idea de que, aunque algunos objetivos y situaciones parecen actualmente inalcanzables, no significa que será así también en el futuro”.

 

En qué centrarse durante la autorreflexión

La autorreflexión, de manera general y repetida, puede ser un ejercicio muy útil. Pero puedes darte cuenta de que hay aspectos que requieren una particular atención o puedes saber de antemano sobre qué temas quieres reflexionar con mayor detenimiento. “Si te enfrentas a un problema concreto, recomiendo explorar las creencias que tienes sobre el tema”, sugiere Joy. “Todos nos contamos ciertas historias, según las cosas que otras personas (a nivel individual o en la sociedad) nos han contado o las ideas que te has creado a partir de experiencias pasadas. Pero esas historias a veces te impiden avanzar. Al explorarlas durante la autorreflexión, preguntándote “¿Cómo sé que esta creencia es verdad?”, puedes identificar y reformular esas creencias para que no tengan el mismo impacto.

 

“Por ejemplo, a lo mejor te agobia la lista de tareas pendientes y te cuesta dar prioridad a tus cuidados, por lo que acabas llenándote de resentimiento. Cuando pienses en las creencias o historias que rodean esa situación, a lo mejor te das cuenta de que crees que ‘la gente creerá que soy egoísta si le doy prioridad a mi bienestar’ (porque una antigua pareja te hacía sentir culpable cuando decidías pasar tiempo en solitario en vez de con ella) o que ‘relajarse es de vagos’ (porque uno de tus padres llamaba vago al otro)”, afirma Joy.

 

Ahí es donde tienes que cuestionar esa creencia tan arraigada. Joy recomienda preguntarse “¿Cómo sé que esta creencia es verdad?, porque te permitirá poner tus ideas delante del espejo y explorarlas racionalmente, para saber si aquello que te cuentas tiene sentido o no. Muchas veces nos damos cuenta de que no es así”.

 

Salirse del camino establecido y cuestionarse creencias muy arraigadas puede resultar difícil pero, con la práctica, la autorreflexión puede potenciar una sensación de gratitud, ayudarte a sacar a relucir tu yo más auténtico y vivir una vida más plena.

Amy Lawrenson

Amy Lawrenson

Amy Lawrenson es una editora de belleza del Reino Unido con más de 13 años de experiencia escribiendo para revistas y webs como ELLE, Grazia, Women's Health y Byrdie. Ella tiene un gran interés en todo lo relacionado con la belleza y el bienestar, especialmente con el  cuidado de la piel porque ¿quién no quiere una tez clara y brillante?la piel porque ¿quién no quiere un cutis brillante y brillante?cuidado de la piel porque ¿quién no quiere una tez lisa y radiante?