Primer plano de diente de león flotando sobre un fondo morado y naranja.

Piensa en tu infancia y en el momento en el que comiste tu primer trozo de tarta, la primera vez que soplaste un diente de león o ese primer baño en el mar. Seguro que fueron instantes llenos de alegría, emoción y una gran sensación de asombro. Sin embargo, lo más probable también es que esas pequeñas cosas que tanta alegría te daban cuando eras más joven hayan dejado de emocionarte.  

A medida que nos hacemos mayores, perdemos la capacidad de asombrarnos, a raíz del estrés y las dificultades que acaban por hacer mella en nuestro ánimo. La vida está llena de cosas buenas y, si logras volver a conectar con esa sensación de felicidad que te aportaban los pequeños detalles, estarás mucho más cerca de vivir con alegría, calma y satisfacción, independientemente de lo que se cruce en tu camino. 

Esta meditación te ayudará a recuperar el sentido de la curiosidad y diversión que teníamos de niños y a ver la vida de otro color. Deja que esta meditación te inspire a probar algo nuevo o a encontrar la alegría en los pequeños detalles que hayas dejado de apreciar en tu día a día.