Nuestro estofado de vino tinto con castañas, triángulos de polenta con queso y brotes glaseados con vinagre balsámico es una opción perfecta para hacer las delicias de todos tus invitados.
Estas fiestas, nuestra serie Toma asiento te ofrece deliciosos y prácticos menús temáticos para que tú no tengas que planificar tanto y puedas centrarte en disfrutar.
Pese a su fama, los guisos no tienen que ser aburridos, especialmente los de verduras si les añadimos un ingrediente muchas veces subestimado: las castañas. Ahora es fácil encontrarlas ya cocinadas y envasadas al vacío en muchas tiendas. Tienen la capacidad de dar un toque único e inconfundible, entre dulce y salado, a cualquier plato. Los tomates cherry y el vino tinto también son excelentes complementos que aportan una deliciosa profundidad al guiso.
Para que no falte contraste de texturas, me encanta combinar este guiso de vino tinto con unas coles de Bruselas crocantes y unas crujientes tortas de polenta. ¿Y sabes con qué maridarlo? ¡Con un buen vino tinto, por supuesto!
El plato principal: Guiso de vino tinto con castañas, tomates cherry de lata y tomillo
Tiempo de elaboración: 40 minutos
Porciones: 4
Ingredientes:
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40 g de mantequilla
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1 chalota bien picada
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1 diente de ajo cortado por la mitad y con piel
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300 g de castañas precocidas y picadas no demasiado finas
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1 cucharada de pimentón ahumado
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2 ramitas de tomillo fresco
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2 latas de tomates cherry (800 g)
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250 ml de vino tinto
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250 ml de caldo de verduras
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Sal y pimienta al gusto
Pasos:
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En una sartén grande, derrite 40 g de mantequilla a fuego medio. Añade la chalota picada y saltéala hasta que quede blanda y translúcida.
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Añade a la sartén el ajo, cortado por la mitad y con piel, con el lado cortado hacia abajo, y cocínalo durante 2-3 minutos, para que mezclen los sabores. Retira el ajo en cuanto comience a dorarse y resérvalo.
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Añade las castañas picadas, el pimentón ahumado y las hojas de una ramita de tomillo fresco a la sartén, removiendo bien para combinarlos. Cocínalo durante 2-3 minutos más.
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Añade los tomates cherry de lata, el vino tinto y el caldo de verduras, removiendo con frecuencia. Deja que hierva a fuego lento durante 30-40 minutos, añade la segunda ramita de tomillo, para que los sabores se fusionen. Si el guiso queda demasiado seco, añade un poco más de caldo de verduras y tapa la olla. Si está demasiado líquido, sube el fuego un poco más y no le pongas la tapa. Prueba y sazona con sal y pimienta antes de servir.
Guarnición: Triángulos de polenta con parmesano
Tiempo de preparación 40 minutos (+ 2 horas de espera)
Porciones: 4
Estos triángulos de polenta con parmesano son todo un clásico. Aunque a simple vista puedan parecer poca cosa, la mantequilla y el parmesano los convierten en una guarnición riquísima. Lo mejor es freírlos en la sartén justo antes de servir, pero esta receta también se puede preparar fácilmente con antelación. Corta la polenta en triángulos cuando se haya enfriado y guárdalos en el frigorífico hasta que vayas a freírlos en la sartén.
Ingredientes:
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250 g de harina de maíz
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1 litro de agua para hervir
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15 g de sal
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70 g de mantequilla (y un poco más para freír)
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75 g de queso parmesano (rallado y un poco más para adornar)
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Perejil fresco
Pasos:
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Pon la harina de maíz, el agua hirviendo y la sal en una olla grande. Deja que el agua hierva a fuego lento, removiendo regularmente con un cucharón de madera. Deja que la harina de maíz absorba el agua poco a poco durante unos 25 minutos.
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A continuación, añade la mantequilla y el queso parmesano rallado.
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Coge una fuente de horno grande, enjuágala y vierte el contenido de la olla en ella. Usa el dorso de una cucharada para alisar la mezcla. Deja que se enfríe por completo.
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Una vez enfriada, corta la masa en triángulos y fríelos en mantequilla por ambos lados hasta que estén dorados. Colócalos en una fuente bonita y cúbrelos con una capa extra de parmesano rallado y algunas hojas de perejil fresco.
Guarnición: Coles de Bruselas glaseadas con vinagre balsámico
Tiempo de elaboración: 40 minutos
Porciones: 4
Puede que las coles de Bruselas no sean la verdura más querida de los niños, pero esta es sin duda una de las mejores formas de lograr que resulten atractivas para pequeños y mayores. La clave está en equilibrar los sabores amargos con toques dulces, ácidos y salados. El dulzor proviene de la miel, la acidez del vinagre balsámico y el sabor salado de una pizca de sal. El resultado es una guarnición muy equilibrada a base de coles de Bruselas glaseadas, cuya textura crujiente complementa a la perfección el guiso contundente y la polenta con queso.
Ingredientes:
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500 g de coles de Bruselas recortadas
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2 cucharadas de vinagre balsámico
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2 cucharaditas de miel líquida
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Sal y pimienta al gusto
Pasos:
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Pon a hervir una olla grande con agua y sal. Añade las coles de Bruselas y cocínalas durante unos 2 minutos hasta que estén medio hervidas. Escúrrelas y mételas inmediatamente en un recipiente con agua helada para detener el proceso de cocción. Una vez estén frías, escurre bien las coles y sécalas con un paño de cocina.
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En un bol grande, mezcla las coles de Bruselas con vinagre balsámico, miel, sal y pimienta.
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recalienta el horno a 200 °C y coloca las coles de Bruselas en una bandeja de horno, formando una sola capa.
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Hornéalas durante 30 minutos, dándoles la vuelta a la mitad, hasta que estén doradas y crujientes en los bordes. También puedes utilizar la airfryer y hornear los brotes durante 15-20 minutos a 200 °C.
