¿La bondad se puede aprender?

Todos conocemos a una persona (o, con suerte, a varias) que son todo bondad. Saben de manera instintiva cuándo necesitas una mano, un poco más de apoyo emocional o una dosis de racionalidad para encontrar sentido al caos. Puede que seas así, de hecho. La bondad es algo maravilloso. Pero, ¿se puede enseñar y aprender para lograr un mundo mejor? Vamos a averiguarlo. 

 

¿Qué es la bondad? 

El diccionario lo define como “La cualidad de ser amable” y “Un acto amable o de ayuda”, pero, en realidad, tiene muchos más matices, porque la bondad no espera nada a cambio de sus acciones. Sin embargo, cuando somos bondadosos, se desencadenan determinadas reacciones. “La bondad nutre el alma, las relaciones, las familias y las comunidades, pero también nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos y con nuestro lugar en el mundo”, afirma la psicóloga Suzy Reading.

 

Por qué la bondad es buena para ti

Ser bondadoso te hace sentirte bien. “Cuando realizamos una acción cargada de bondad, liberamos dopamina, el neurotransmisor encargado de que nos sintamos bien, y notamos el ‘subidón del que ayuda’”, explica la doctora Reading. La ciencia también ha demostrado que la bondad activa el centro de placer de nuestro cerebro, que produce más serotonina, un mensajero químico que estabiliza nuestro estado de ánimo. Como consecuencia, tenemos una mejor autoestima y los niveles de depresión y ansiedad son más bajos. Un aumento de la serotonina también ayuda a dormir mejor, pero hay otros sorprendentes beneficios para la salud. Se ha demostrado que, cuando somos bondadosos, nuestras pulsaciones van más lentas y se reducen nuestros niveles de estrés. Cuando ocurre esto, nuestro sistema inmune se ve reforzado y tenemos menos posibilidades de enfermar. El responsable es una hormona muy lista llamada oxitocina, también conocida como “la hormona de la felicidad”. “La oxitocina a menudo se asocia con la reproducción, la lactancia materna y el comportamiento social”, escribe el doctor David Hamilton, “científico de la bondad” y químico farmacéutico. “Sin embargo, también juega un papel crucial en todo el sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, el sistema digestivo, el proceso para convertir las células madre en células musculares, células del corazón e incluso células de la piel. Sin la oxitocina, sencillamente no estaríamos aquí. Dicho de otra manera, sin la bondad, sencillamente no estaríamos aquí”.

 

¿La bondad se puede enseñar? 

La buena noticia es que todos estamos preparados para ser bondadosos. “Los humanos nacemos con genes de bondad y el más destacado es la oxitocina”, explica el doctor Hamilton. “Hace que las madres quieran a sus hijos, asegurando así la continuidad de la especie humana, y también hace que nos ayudemos unos a otros y trabajemos por un bien común. Todos tenemos un grado variable de bondad y, por supuesto, lo que nos pase en la vida puede hacer que seamos más o menos egoístas, pero todos tenemos el gen de la oxitocina. La manera en que se comporta una persona a menudo es producto del aprendizaje, o de las circunstancias, o incluso de sus primeros años de vida”. Por eso enseñar bondad se ha convertido en algo de suma importancia en todo el mundo y es una habilidad que todos podemos fomentar.  

 

La Cruz Roja ofrece a las escuelas recursos para enseñar la bondad en el aula y que los niños vean los beneficios de anteponer la bondad a todo lo demás desde una edad temprana. La organización benéfica mundial kindness.org también conoce la importancia de enseñar la bondad desde una edad temprana y tiene un programa específico para maestros y escuelas. También trabaja con distintas empresas para ayudar a fomentar un ambiente de trabajo basado en la bondad, además de trabajar con marcas de consumo para ver cómo pueden potenciar los mensajes bondadosos. En 1998, el Movimiento Mundial de la Bondad, una organización no gubernamental internacional que busca conectar a las naciones para crear un mundo más bondadoso, creó el Día Mundial de la Bondad, celebración anual que este año tendrá lugar el 13 de noviembre de 2022, para que las comunidades dediquen tiempo a destacar todas las buenas obras que se han realizado en su zona. Puede que la bondad empiece en el individuo, pero estas organizaciones demuestran que un acto de bondad puede repetirse a nivel de comunidad, de país y, con suerte, de todo el mundo. Esa es también nuestra esperanza.  

 

Qué hacer cuando la bondad no es recíproca 

Pese a que estamos genéticamente predispuestos hacia la bondad, a veces no elegimos la opción más bondadosa. Hay muchos motivos para ello: las circunstancias, el entorno que nos rodea y, desafortunadamente, porque a veces nos olvidamos de lo que es recibir bondad y no sabemos cómo devolverla. “La verdadera bondad habla de cuidar y de ser amables sin esperar ni halagos ni recompensas. Sin embargo, eso no quita que no nos duela dar bondad pero no recibirla a cambio”, la doctora Reading. “Mi consejo es recordar que es importante estar orgullosos de nuestro comportamiento y repetir el mantra: las personas con daños hacen daño”.  

 

Cómo ser bondadoso hacia uno mismo y hacia los demás

Estos pequeños actos de bondad pueden convertirse fácilmente en tu día a día, en tu manera de fomentar tu nivel de felicidad y el de las personas que se cruzan en tu camino.  

 

Bondad matutina 

Al despertarte, en vez de ponerte a mirar las redes sociales en el móvil, envía un mensaje a alguien que te importe, para decirle lo mucho que significa para ti.  

 

Bondad de camino al trabajo 

Llegar al trabajo puede ser una fuente de estrés. ¿Has probado a repartir un poco de bondad entre los que te acompañan en ese viaje? Puedes sujetar la puerta al pasajero que viene detrás de ti, ceder el paso a ese coche o dejar una nota con una sonrisa en la bicicleta de alquiler para la persona que la use después.  

 

Bondad reconocida 

Cuando alguien haga algo bondadoso por ti, dale las gracias. O, si quieres que su acto de bondad quede plasmado en el metaverso, dirígete al channelkindness.org (que forma parte de la fundación Born This Way de Lady Gaga) donde las personas escriben los actos bondadosos que han visto y experimentado en todo el mundo.    

 

Devuelve el favor 

La bondad es contagiosa. Cuando alguien es bondadoso contigo, tienes más probabilidades de serlo con los demás. Esta idea de “devolver el favor” se puede incorporar de mil maneras a tu día a día: por ejemplo, puedes pagar el café o el billete de autobús de la persona que espera detrás de ti en la cola.  

 

Bondad en la oficina 

Los momentos de bondad también pueden realizarse en la oficina: puede ser algo tan sencillo como preparar una cafetera para toda la oficina en vez de una solo para ti.  

 

Tan fácil como una sonrisa 

“A veces, los pequeños momentos a los que no prestamos atención son los que tienen una mayor repercusión. Sonreír a alguien en el supermercado te permite compartir un instante de conexión y es una manera estupenda de regalar un momento agradable a otra persona”, afirma la psicóloga Jess Baker.

 

Termina con un poco de “autobondad 

“Defiendo la bondad hacia uno mismo”, afirma la doctora Reading. “Lo bonito es hablarse bien y cuidarse con delicadeza, acercando las manos al corazón, respirando profundamente y repitiéndose unas palabras amables antes de terminar el día”.  

 

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