El hábito clave para mejorar cualquier relación

El feedback constructivo, frecuente y bidireccional fomenta las conexiones positivas con los compañeros y también en las relaciones fuera del trabajo. Rituals te cuenta por qué

 

Dar y recibir feedback es, a estas alturas, algo muy común en el entorno laboral. Tu manager te da una opinión constructiva acerca de tu trabajo y tú haces lo mismo con él. Muchas veces, la idea de dar y recibir feedback puede darnos un poco de vértigo y de ansiedad y por eso no mostramos del todo nuestros opiniones y sentimientos. Pero el feedback abierto y sincero es una pieza clave del éxito de las start-ups de Silicon Valley, por ejemplo. Marco Zappacosta, CEO de Thumbtack, una plataforma digital con sede en EE. UU. que ayuda a encontrar profesionales para reformar casas, ha escrito un artículo en Fast Company, en el que afirma que “aunque no lo supiera en su momento, la primera vez que realizamos evaluaciones 360 fue un momento clave en la cultura de nuestra empresa”. Marco decidió compartir de manera abierta su feedback y muchos otros team leads pronto hicieron lo mismo. “Recopilamos todas nuestras evaluaciones 360 en un único documento, que primero circuló entre el equipo de dirección y luego, por toda la empresa. Con esta acción tan sencilla queríamos demostrar que todo el mundo, yo incluido, puede mejorar”. Desde entonces, Thumbtack ha ganado múltiples premios por su cultura empresarial. Teniendo todo esto en cuenta, ¿te imaginas las mejoras que disfrutaríamos si aplicáramos este método de feedback en otras relaciones fuera de la oficina, como, por ejemplo, con nuestra pareja? 

 

Feedback 360: la nueva terapia

 

Kim Scott, antigua ejecutiva de Google y Apple y autora del bestseller de The New York Times Radical Candor, escribe que hay cuatro tipos de feedback, y la “Sinceridad radical” es la más eficiente y amable. El feedback, ya sea positivo o negativo, debe ser fruto del interés genuino por la otra persona, especialmente si lo da un amigo, un familiar o tu pareja. Ser sincero y directo, sin resultar condescendiente ni agresivo (las bases de la Sinceridad radical) da como resultado un feedback eficiente. Los otros tres tipos de feedback que recoge Scott en su libro no son tan positivos, y son los que posiblemente todos hayamos recibido en algún momento de nuestras vidas. La “Agresión odiosa” es la que da alguien extremadamente crítico y sin ningún tipo de cuidado. La “Empatía ruinosa” es la que aparece cuando una persona está tan preocupada por ser amable y evitar las tensiones que halaga cosas que no lo merecen, pero se enfada cuando nada cambia. Por último, la “Inseguridad manipuladora” es esa situación en que la persona que da feedback está más preocupada por cómo le percibe el otro que por decir lo que necesita. El feedback sincero y cuidadoso puede ser una potente herramienta que “ayuda a las personas a desarrollar las habilidades necesarias para alcanzar el éxito y las ayuda a identificar qué cosas deben seguir haciendo y cuáles no”, escribe Scott.  

 

En cualquier relación “es bueno empezar las críticas constructivas lo antes posible”, afirma Scott. Para aquellos a los que les cuesta dar feedback, una buena idea es mirarlo de esta manera: si tienes comida en los dientes, cuanto antes lo sepas, mejor. La mejor manera de encontrar el nivel justo de feedback en cualquier relación es una buena dosis de prueba y error, para encontrar la fórmula del éxito y tener una comunicación abierta dentro de tu relación. 

 

Sacar a la luz los puntos ciegos

 

Tanto en casa como en el trabajo, “las críticas constructivas pueden ayudar al que las reciba porque nos muestran los puntos ciegos”, afirma la doctora Marianne Trent, psicóloga clínica. Los puntos ciegos son comportamientos inconscientes que no están de acuerdo con nuestras creencias. Por ejemplo, tu pareja habla de lo tranquilo que es, pero lo cierto es que se pone nervioso con facilidad. Como quiere reflejar esa característica opuesta que busca, de manera subconsciente exagera su naturaleza de “ir con el flow” de cara a todo el mundo menos ante sí mismo. En el ámbito de la psicología, esto se conoce como el efecto Dunning-Kruger. Dos científicos determinaron que las personas que tienen una determinada carencia, como la tendencia a escuchar a los demás, pueden sobrevalorar su habilidad de cara a los demás. Por eso el feedback es tan importante para entender tu yo más auténtico y aprender a desarrollar esos “puntos ciegos”, ya sea en la oficina o en las relaciones interpersonales.   

 

Cuando hablamos de crecimiento y desarrollo personal, el feedback es una herramienta que no tiene precio. Una encuesta de Harvard Business Review determinó que el 72 % de los empleados deseaban recibir feedback, especialmente de carácter negativo, para mejorar cualquier fallo en su trabajo. El feedback sincero y abierto es algo que muchos deseamos para poder crecer personalmente y ser más auténticos, por lo que no tiene sentido que esté presente solo en el ámbito laboral. Todos queremos que nos entiendan de manera genuina, incluso si es necesario aceptar las cosas que podemos mejorar. Saber que los que nos rodean quieren feedback honesto puede ayudar a que no nos resulte tan difícil darlo.  

 

Feedback fuera del horario laboral

 

“El feedback puede ser bueno en cualquier relación. Nadie es perfecto y lo mejor es evitar a las personas que creen que lo son. El feedback 360 puede ser una buena herramienta para tratar con tu pareja e incluso con nuestros hijos y familiares jóvenes”, afirma la doctora Trent. Fuera del trabajo, donde no hay un proceso para dar y recibir feedback, pueden producirse situaciones incómodas, donde nos sentimos vulnerables e incluso avergonzados. La doctora Trent sugiere “empezar y terminar con algo positivo, para que la conversación resulte útil y no haga daño a nadie. También es buena idea ofrecer pasos específicos y concretos para que la otra persona pueda plantearse cómo cambiar para lograr un mejor resultado”.  

 

Si buscas activamente recibir feedback de amigos y familiares, la doctora Trent recomienda “recibir feedback de personas que entiendan lo que pretendes lograr. Por ejemplo, puedes hablar con una persona que te ofrezca una opinión constructiva y sin prejuicios y que no busque hacerte daño”.Para aquellas personas a las que les resulte demasiado difícil dar o recibir feedback en persona, la doctora Tasha Eurich, autora de bestsellers de The New York Times y psicóloga de organizaciones, afirma que a menudo “no tenemos una imagen clara de nosotros mismos, algo muy necesario para lograr el éxito en la vida”. En su libro, Intuición, ha elaborado una lista de 14 preguntas en forma de cuestionario que puedes completar online. Tras responder las preguntas, pide a un amigo o familiar de confianza que haga lo mismo sobre ti. Después, recibirás un informe que puedes descargar con feedback e ideas.  

 

Cuando hablamos de feedback lejos del entorno de la oficina, si ninguno de los dos estáis acostumbrados a ello, lo mejor es ir despacio. Prueba a verlo como una herramienta para establecer una relación sana y feliz, en vez de como algo negativo. Recuerda que recibir un feedback sincero y auténtico es todo un regalo y te puede ayudar a crecer como pareja, padre o amigo.  

 

Tres consejos para dar feedback

 

1. Que no sea demasiado personal  

 

Kim Scott afirma que cada persona es diferente a la hora de gestionar el feedback. “Lo importante es empezar de manera neutral y prestar atención a la reacción de la otra persona”. 

 

Presta atención y sé amable al dar feedback. Piensa que “si alguien te dice que estás cometiendo un error de una manera que muestra su preocupación por ti y por tu desarrollo, ayudará a aumentar la confianza en esa persona”, afirma Scott. No lo olvides cuando te toque dar feedback. 

 

2. Hazlo cuanto antes 

 

Establece ocasiones frecuentes para dar y recibir feedback, tal y como harías en el trabajo. No dejes que las cosas se enconen. Si tienes que dar feedback, hazlo lo antes posible, para que ambas partes podáis aprender y seguir adelante.  

 

3. No solo critiques, también felicita 

 

“Saber qué debe hacer más a menudo una persona es tan importante como saber qué no debe hacer tanto”, afirma Scott. Sé igual de específico sobre lo que va bien y lo que te gusta que haga la otra persona.