La bondad es una fuerza muy potente, con la capacidad de estimular, conectar y transformar tanto nuestro interior como lo que nos rodea. Empieza a practicarla a diario con estas sencillas rutinas basadas en la bondad.
3 rutinas de bondad para sentirte bien
La bondad puede convertirse en una práctica diaria que vaya más allá de los gestos superfluos y se convierta en una parte fundamental de nuestro bienestar y nuestra realidad. La ciencia nos demuestra que los actos bondadosos liberan oxitocina, también llamada “hormona del amor”, que a su vez ayuda a reducir la presión arterial, a potenciar la felicidad e incluso a mejorar el nivel de estrés.
“Realizar un acto bondadoso, recibirlo o presenciarlo nos ‘eleva’”, explica el doctor David R. Hamilton en su libro The Five Side Effects of Kindness. “Las investigaciones nos demuestran que esa sensación de elevación inspira a la gente a ser bondadosa con los demás”. Es decir, la bondad es contagiosa y tiene un efecto en cadena que va más allá del gesto original.
La bondad adopta muchas formas, desde ofrecer apoyo emocional y buenos consejos hasta presentarse voluntario para ayudar o donar dinero. “Aunque los grandes actos de bondad son maravillosos y a veces alcanzan escalas planetarias, incluso los pequeños gestos de bondad pueden tener un efecto muy potente, fomentar la sensación de comunidad, potenciar el respeto y cuidar de los demás” indica el profesor Robin Banerjee, fundador de The Sussex Centre for Research on Kindness, en nuestro The Book of Rituals.
Darle un toque de bondad a tu día no tiene por qué ser complicado. Los gestos pequeños y con un objetivo claro son suficientes para alegrarle el día a alguien, mejorar tu sensación de bienestar e incluso ser buenos para el planeta. ¿Te animas a empezar a cultivar la bondad?
Aquí tienes tres rutinas que puedes practicar desde ahora mismo. Una para mostrarte más bondad a ti mismo, una para compartir la bondad con los demás y una tercera para ser bondadoso con el mundo que te rodea.

1. Una rutina para ser bondadoso contigo mismo desde por la mañana
La manera en que empiezas la mañana determina cómo vivirás el resto de lo que ocurra durante el día. Muchas veces nos sumergimos de cabeza en emails, redes sociales o listas de tareas nada más despertarnos. Pero, ¿te has planteado empezar el día mostrándote un poco más de bondad?
Paso 1: Empieza con una buena dosis de compasión
En vez de echar mano del móvil en cuanto te levantes, dedica cinco minutos a explorar cómo estás. ¿Cómo te sientes hoy? ¿Qué necesitas? Prueba a repetir una afirmación de bondad como “Soy suficiente tal y como soy” u “Hoy, me voy a tratar con la misma bondad con que me dirijo a los demás”. Distintas investigaciones han demostrado que la compasión hacia uno mismo ayuda a reducir la ansiedad y mejora el nivel general de felicidad.
Paso 2: Cambia las comparaciones por gratitud
Un estudio del Journal of Social and Clinical Psychology determinó que compararnos con los demás, independientemente de la manera en que lo hagamos, acaba por hacernos más infelices. “Las comparaciones acaban por consumir nuestros pensamientos y robarnos la alegría. Es mejor optar por la felicidad y la bondad”, afirma Jaime Thurston, fundadora de 52 Lives y autora de Kindness: The Little Thing that Matters Most. Es decir, en vez de empezar a hacer scroll desde primera hora de la mañana, empieza el día con un sencillo gesto de gratitud, como pensar en tres cosas que te gustan sobre ti o tu vida, independientemente de lo pequeñas que sean.
Paso 3: Un momento mindful
Ya sea una ducha caliente con un aroma relajante o unos minutos de respiraciones profundas, crea una rutina que te permita hacer un pequeño reset por las mañanas. Prueba la espuma de ducha The Ritual of Sakura para envolver tus sentidos en una experiencia insuperable que te ayuda a centrarte en lo que sientes bajo el agua y en el alegre aroma de la flor de cerezo.
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2. Una rutina nocturna para repartir bondad entre los que te rodean
Muchas veces no somos conscientes del poder que tienen los pequeños gestos de bondad. Como nos recuerda Thurston en su libro: “La bondad inesperada tiene un gran poder. Con solo unas pocas palabras amables, puedes cambiarle el día por completo a una persona”.
Paso 1: El poder de estar presente
En un mundo hiperconectado, las conversaciones cara a cara son cada vez más escasas. Un estudio de la Universidad de Michigan determinó que sustituir el contacto en la vida real con interacciones digitales puede duplicar el riesgo de sufrir una depresión. Por eso te animamos a olvidarte del móvil esta noche y conectar de verdad con lo que te rodea. Ya sea tu pareja, un familiar o un amigo, dedícales toda tu atención cara a cara. Pregúntales qué tal el día y haz que se sientan escuchados.
Paso 2: Un pequeño gesto de bondad
Antes de irte a la cama, dedica unos instantes a realizar un gesto de bondad. Puede ser algo tan sencillo como mandar un mensaje bonito, dejarle una nota a tu pareja o hacerle un cumplido a alguien. La ciencia nos demuestra una y otra vez que cuando hacemos algo bueno nuestro cerebro libera dopamina y nos da un “subidón” natural. Esos sencillos gestos son una manera de que todo el mundo se vaya a la cama más feliz.
Paso 3: Reflexiona sobre la bondad que has recibido
La bondad también es prestar atención a las cosas. Antes de dormir, reflexiona sobre un ejemplo de bondad que hayas experimentado a lo largo del día. Puede que alguien te haya sujetado la puerta o que un compañero haya intentado animarte con algo difícil. Reconocer la bondad que hay en el mundo ayuda a reforzar el hábito de buscar lo bueno en el mundo y propaga ese efecto dominó.
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3. Una rutina para el fin de semana: un acto de bondad con el planeta
La bondad va más allá de las interacciones humanas, también afecta a la manera en que cuidamos del mundo que nos rodea. Nuestro planeta es una fuente de infinitos recursos y con gestos pequeños y considerados podemos devolverle el favor.
Paso 1: Reducir, reutilizar y reimaginar
A veces, la bondad requiere un gesto más activo. Este fin de semana, dedica un rato a realizar una tarea sostenible, ya sea pasarte a las bolsas de la compra reutilizables, reparar algo en vez de reemplazarlo o darle una segunda vida a los frascos vacíos de tus productos de belleza. Recuerda que cada pequeño gesto cuenta y puede tener un impacto duradero, como elegir un producto reciclable y ayudar a reducir los desperdicios.
Paso 2: Hora de devolver el favor al planeta
Thurston escribe: “A veces lo que la gente necesita no son más cosas, sino un poco de ayuda. Puedes repartir bondad donando una habilidad particular que tengas”. Esto también se aplica al planeta. Puedes donar tu tiempo en una iniciativa local de limpieza, plantar un árbol o ayudar con un programa de sostenibilidad. Por muy pequeñas que sean, cada contribución ayuda a legar un mundo más sano a las futuras generaciones.
Paso 3: Un paseo mindful por la naturaleza
Pasar tiempo en la naturaleza reduce las hormonas del estrés y mejora el bienestar en general, como ha quedado demostrado. Este fin de semana, da un paseo por un parque cercano, un bosque o incluso por tu jardín. Presta atención a los sonidos, los aromas y la belleza que te rodea. La gratitud por el mundo natural muchas veces se convierte en una mayor sensación de responsabilidad a la hora de cuidarlo.
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