La serenidad de la ceremonia del té: el elixir de la vida

En Japón, el arte de servir el té es una disciplina espiritual pura y elegante. La ceremonia del té, conocida como The Ritual of Chadō, se ha centrado desde siempre en el "ahora", prestando una atención precisa y cuidada al rito en sí.

 

El té es más que la idealización de la bebida, es una religión del arte de la vida.

Kakuzo Okakura

Hace 400 años, un maestro llamado Sen no Rikyu elevó la ceremonia del té a un arte. Actualmente, el estudio de la filosofía del té es una práctica compleja que abarca toda una vida e implica arquitectura, caligrafía, flores, jardinería, cerámica y mucho más. Existe incluso una palabra para esta dedicación: kokoroire, que en japonés significa "poner todo el corazón en la devoción de la ceremonia del té".

 

Sen no Rikyu (1522-1591) fue el padre de El camino del té, de cuya filosofía y enseñanzas deriva la ceremonia del té de hoy en día.

 

Paz y serenidad

Como arte, la ceremonia del té supone una bonita oportunidad para apreciar la simplicidad de la habitación del té, el tacto del chawan –el cuenco de té– en las manos, la especial compañía de los demás y un momento de pura calma.

 

Resulta curioso que una de las innovaciones introducidas por Sen no Rikyu fue que todos los que visitaran la casa de té debían entrar en un pequeño semisótano denominado nijiriguchi —otorgando así a todos un estatus idéntico, ya fuera un "shōgun" o un sirviente.

 

La belleza de prestar atención

La propia ceremonia, realizada por el teishu, es una representación compleja, que puede llegar a durar hasta cuatro horas. Todos los presentes deben prestar especial atención a la ceremonia y tener la frase ichi-go ichi-e (“una vez, un encuentro”) en mente, con la idea de que esa preciada ocasión ocurre una vez en la vida.

 

Los principales utensilios son el batidor (chasen), el recipiente del té para el matcha en polvo (natsume), la cuchara para el té (chashaku), el cuenco para el té, un plato o recipiente para los dulces, el hervidor y el brasero. Cada una de las piezas ha sido cuidadosamente seleccionada y cuenta con un lugar y una función específicos.

 

La filosofía del té

Armonía, respeto, pureza y calma son las piedras angulares del camino del té:

 

  • Wa significa armonía

El teishu tratará de integrar la armonía propia de la naturaleza, presente en el jardín en la casa del té y viceversa. Por lo demás, los utensilios empleados en la ceremonia deberán estar en armonía visual con respecto a los demás.

 

  • Kei hace referencia al respeto

Los invitados deberán mostrar un profundo respeto independientemente de su estatus. En la habitación del té, los invitados deberán posar arrodillados e inclinados en reverencia. El respeto también se expresa con la forma de tomar y observar el cuenco del té y los demás utensilios.

 

  • Sei simboliza la pureza

Al entrar en la habitación del té debemos dejar atrás nuestra rutina diaria. Este es un lugar para la revitalización, para bajar el ritmo y disfrutar de la presencia del prójimo. La limpieza ceremonial de los utensilios a manos del anfitrión es una manera de mostrar pureza, así como de atraer la atención a los objetos.

 

  • Jaku hace referencia a la tranquilidad

De acuerdo con las enseñanzas de Sen no Rikyu, únicamente una vez que hemos abrazado y experimentado la armonía, el respeto y la pureza, podremos alcanzar la tranquilidad.