Viajar por Japón: un periplo por la tierra del sol naciente

Sushi, sake y preciosos almendros en flor que cubren el paisaje de tonos rosas: Japón es todo lo que te imaginas y mucho más. Un viaje por la tierra del sol naciente es una de las experiencias más mágicas y memorables que puede tener un viajero. Te descubrimos algunos lugares únicos que no te puedes perder en Japón.

 

Desde tiempos antiguos, los japoneses han llamado a su país Nippon o Nihon, que significa literalmente “lugar de origen del sol” y traducido normalmente como “tierra del sol naciente”. Pero Japón no es solo famoso como el país por el que sale el sol. Se trata de un lugar con ciudades de neón y pequeños pueblos pesqueros, de volcanes cubiertos de nieve, playas de arena blanca, templos budistas y altísimos rascacielos. Japón es el lugar donde tradición y modernidad chocan de manera mágica.

 

La mejor manera de desplazarse por Japón es en tren. Coger el tren bala Shinkansen, que te puede llevar a las grandes ciudades en tiempo récord, es ya de por sí toda una aventura. Con la capacidad de llegar a los 320 kilómetros por hora, el Shinkansen se desliza en silencio por campos de arroz, ciudades, costas y montañas. Sumérgete en las maravillas naturales y culturales de Japón y no te olvides de explorar estos 5 destinos únicos.

 

 

Tokio

Tokio es una ciudad con infinitas cosas por descubrir. Llena de vida, intensa y siempre en movimiento, es imposible que te quedes sin cosas que hacer en esta ciudad. Disfruta del skyline de la ciudad desde el famoso bar Shinjuku de la película Lost in Translation, visita un karaoke para una sesión nocturna, descubre maravillas vintage en el barrio de moda de Harajuku, disfruta del mejor sushi, diviértete en los fotomatones de los famosos centros de juegos de Tokio o visita algunos de los increíbles museos que ofrece la ciudad. ¿Y lo mejor de todo? Si lo que quieres es relajarte, no necesitas salir de la ciudad porque incluso con sus anuncios luminosos, edificios futuristas, calles de neón y excéntricos adolescentes con música pop, Tokio desprende calma y serenidad. Las aceras están impolutas, la gente es muy educada, los trenes siempre van en hora y la delincuencia callejera prácticamente no existe. Si lo que buscas en Tokio es tranquilidad, date un paseo por el parque, visita un templo antiguo o coge un tren hasta el precioso valle Todoroki en la parte sur de la ciudad. 

 

Monte Fuji

El Monte Fuji o “Fuji-san”, en japonés, es la montaña más alta e icónica del país. Se trata de un volcán dormido a poca distancia de Tokio. En días despejados, su majestuoso pico se puede ver desde la ciudad. Pese a que puedes disfrutar de la belleza del Monte Fuji y sus lagos volcánicos a lo largo de todo el año, solo puedes subirlo durante el verano. Las rutas están abiertas desde principios de julio hasta finales de agosto. Con una altura de 3776 metros, el Fuji no es una montaña fácil de subir. Incluso a través de la ruta más breve, se tardan unas 5 horas en subir y otras 3 horas en descender, pero las impresionantes vistas merecen sin duda el esfuerzo del ascenso (y las agujetas inevitables al día siguiente). Además, hay muchos refugios de montaña a lo largo del camino, donde puedes parar para comer, ir al baño o incluso echarte una siesta. 

 

Kioto

Kioto es la antigua capital imperial de Japón. Con sus impresionantes templos budistas, antiguas casas de madera, tranquilos jardines zen y santuarios shinto, Kioto rezuma historia y misterio. La primavera es sin duda el mejor momento del año para visitar Kioto (y también el más concurrido), porque es cuando puedes ver los preciosos cerezos en flor, conocidos como “sakura” en japonés, por toda la ciudad. El distrito histórico de Gion, donde las geishas aún practican su arte y donde puedes tomar un sorbo de matcha en las tradicionales casas de té, te transportará a otra era. Pasea por los bosques de bambú de Arashiyama, camina por el famoso camino de la filosofía, saborea genuinos platos de tofu y observa los cuidados movimientos de los samuráis modernos de la ciudad durante una representación de kembu.

 

Naoshima

Naturaleza, arte y arquitectura puntera: la isla de Naoshima ofrece una belleza increíble en todas sus formas. En los 90, un empresario japonés enamorado del arte trasformó esta tranquila y pequeña isla en un destino único para viajeros interesados en el arte. La icónica Benesse House, que también es un hotel, te da la oportunidad de dormir en un museo. Alquila una bicicleta y explora los increíbles museos de la isla, sus tesoros arquitectónicos y sus exhibiciones en el exterior.

 

Yakushima

Otra isla de una belleza espectacular es Yakushima, donde puedes encontrar antiguos bosques, altas montañas e increíbles cascadas. Yakushima es perfecta para hacer senderismo, con rutas para todos los niveles. Hogar de muchas especies de aves, monos y ciervos, la isla cuenta con una gran variedad de fauna. En verano, las tortugas bobas hacen sus nidos en las playas de la isla. Al otro lado puedes encontrar cabañas de madera con tradicionales futones japoneses para dormir y termas naturales, conocidas como “onsen”, para relajarse.