Cómo silenciar tu crítico interior, pensar de manera positiva y creerlo…

Todos tenemos una voz interior criticona. Incluso Buddha tuvo que hacer frente al demonio Mara, la personificación de las emociones no deseadas, desde la avaricia hasta la burla. Una búsqueda rápida de “crítico interior” en Google nos ofrece millones de resultados desde psicólogos hasta la revista Forbes, porque esa voz interior negativa es un desafío para todos, incluso los que aparentemente tienen seguridad en sí mismos y éxito.  

 

El crítico interior es esa desagradable voz en nuestra cabeza que nos bombardea con pensamientos negativos, sin darnos un momento de paz. Mo Gawdat, embajador de la felicidad de Rituals, resume a la perfección la esencia del crítico interior: "Hace que nos preocupemos por lo que está por venir; nos menosprecia; nos castiga; discute, pelea, debate, critica, compara y rara vez se detiene para tomar aire".  

 

El sesgo de la negatividad 

En psicología, este crítico interior se conoce como sesgo de negatividad y, lo creas o no, la verdad es que está ahí para protegernos. La evolución nos ha enseñado a ser mucho más conscientes de los peligros que nos rodean y a vivir con precaución, porque es la única manera de sobrevivir. La consecuencia de este proceso de pensamiento en la actualidad es que, sin tantos peligros literales que amenazan nuestra vida, el sesgo de negatividad se ha transferido a cosas como el aspecto que tenemos, nuestras relaciones y nuestro trabajo. "[El sesgo de negatividad es] uno de los principios psicológicos más básicos y de mayor alcance", escribieron Baumeister en el estudio de 2001 Bad Is Stronger Than Good.

 

Estamos programados para pensar de manera más negativa que positiva, y desde una edad muy temprana. Un estudio analizó el inicio del sesgo de negatividad y descubrió que potencialmente este sesgo comenzaría a los 7 meses. No es de extrañar que sea tan difícil deshacerse de ese crítico interior. Esta fuerte atracción hacia los pensamientos negativos significa que tenemos que trabajar activamente nuestros músculos de la felicidad para garantizar que nuestros pensamientos positivos acaben ganando la partida.  

 

Esa voz no eres tú 

El crítico interior no eres tú. Esa es una de las cosas más importantes que debemos tener en cuenta. Desgraciadamente, a diferencia de un padre o un hermano mayor sobreprotector, esa voz ha evolucionado y puede decir cosas bastante duras que van más allá de la necesidad de protegernos. En el libro Freedom From Your Inner Critic​, Jay Earley identifica 7 tipos de voces: 

 

  • El perfeccionista, que quiere que hagas todo siempre de manera perfecta. 
  • El controlador, que intenta frenar tu lado más impulsivo. 
  • El capataz, que quiere que trabajes al máximo para tener éxito. 
  • El saboteador, que se dedica a meterte miedo para que no te arriesgues nunca a fallar. 
  • El destructor, que machaca tu autoestima. 
  • El chantajista emocional, que te ataca por acciones pasadas.  
  • El moldeador, que quiere asegurarse de que cumples con las expectativas familiares o culturales.  

 

Es probable que te hayas encontrado con todas estas voces, pero que te identifiques más con algunos tipos que con otros. Intenta identificar cuáles te hablan con mayor frecuencia y cuáles tiendes a escuchar y tomar en serio. Una vez que identifiques esas voces, tienes que pensar que no son tú y que ese crítico interior ha pasado de ser una herramienta para protegerte a ser una voz que te deprime, para comenzar a cambiar la forma en que se dirige a ti.  

 

LA TAREA DE HOY PARA SER MÁS FELICES 

Mo sugiere que bauticemos a nuestro crítico interior con un nombre. Al suyo lo llama Becky. Al darle un nombre, refuerzas la idea de que esa voz no eres tú. ¿Permitirías que un amigo te hablara del mismo modo que lo hace tu crítico interior? La próxima vez que esa voz empiece a susurrarte algo negativo o te llene la cabeza de dudas, pídele que te dé una idea mejor. ¿Sigue hablándote de manera negativa? Pues pídele una idea aún mejor y más positiva. ¡No te cortes! Prueba cada día a sustituir cada pensamiento negativo con al menos otros dos positivos hasta que se convierta en un hábito. Te sorprenderá el efecto que puede tener en tu bienestar emocional. 

 

Haz clic aquí para ver el día 6 del Reto de la felicidad.